El ser humano es un buscador de la felicidad por
excelencia, busca motivos por los que sentirse feliz continuamente, busca tener
cosas que le hagan feliz, tener relaciones que le proporcionen el estado
deseado, un trabajo, un reto, una idea política, un equipo de fútbol o
cualquier otro deporte...etc.
Sin darnos cuenta acabamos mendigando felicidad
habitualmente, hay un deseo continuo de alcanzar este estado en cualquier
persona, de hecho, llevamos miles de año funcionando con esta perspectiva, y lo
más curioso de esto es que pocos, muy pocos lo consiguen, o eso creen.
Cuando lo centras en lo conseguido siempre quieres más y se
te escapa la felicidad en esa búsqueda, cuando te conformas con lo que tienes
siempre hay algo que falla, o que piensas que puede fallar próximamente, y ese
estado de "miedo a lo que pasará" te priva de la anhelada felicidad.
Yo mismo en mi propia búsqueda de este estado me daba una y
otra vez de bruces contra algo que me apartaba del camino soñado, entonces
llegó un momento de catarsis, un momento donde la vida te pone al frente todos
tus patrones limitantes, todas tus creencias llenas de aire para que las puedas
ver más allá de tu Ego, un momento donde si consigues hacer un ejercicio de
honestidad y respeto contigo mismo, te paras, necesitas parar y darte cuenta de
que tu enfoque de la vida no es el mejor, no te lleva a nada, está basado en el
miedo que no genera otra cosa que sufrimiento, miedo a perder relaciones,
trabajos, o cualquier cosa que crees tener o que te aporta algo basado en unas
creencias subjetivas de segunda mano.
El castillo de naipes en el que has construido tu vida se
viene abajo, y es ahí donde crees que todo se tuerce, que se abre la
posibilidad de reconstruirte a ti mismo desde un aspecto esencial, desde la
esencia que siempre ha estado en ti.
Me dí cuenta que la felicidad no es una sensación, es un
estado de conciencia, estamos acostumbrados a las sensaciones, a las emociones
como adictos a ellas, y hemos perdido la capacidad de ver la esencialidad de la
vida, cuando empiezas a ver esta perspectiva y sobre todo a vivirla empieza a
cambiar todo, para esto es necesario deshacerte en tu propio ritmo de tu
sistema de creencias, todo lo que crees que es bueno, malo, bonito, feo, es
algo aprendido que automatizas en tus sensaciones y pensamientos, y en este
círculo te perpetuas toda tu vida si no decides cambiarlo.
En mi caso me di cuenta que la felicidad está ahí todo el
rato, no había que buscarla, fui feliz cuando dejé de buscarla como sensación y
me dije si a la vida, sí a vivir mis emociones y sensaciones de mi cuerpo
físico sin más, sin interpretarlas como buenas o malas, aceptándolas plenamente
como parte de mí que son, al catalogar muchas de estas como malas me estaba
negando a mi mismo, y negando a la vida
que se mueve a través de ellas, reteniendo el flujo de energía que recorre por
nosotros cada día, cada instante.
Si siento miedo, lo siento lo observo, y veo la intensidad de
esa energía en movimiento maravillado de ella, y automáticamente esa aceptación
incondicional de mi ser, hace que la sensación se libere, fluya por mis canales
como agua por un rio, quedando la sensación de libertad plena, de presencia
absoluta de este momento, el único que existe en mi vida, el instante presente,
que es de una intensidad brutal cada vez que lo vives sin rechazar
absolutamente nada de lo que la maestra vida te ofrece para experimentarlo.
La vida es inteligencia suprema, dándote aquello que
necesitas en cada momento, y nosotros continuamente negamos las experiencias
que esta nos proporciona, rechazando como malas o no aceptables por nuestras
creencias, y así la vida nos las devuelve una y otra vez en formas y personas
diferentes con el mismo trasfondo de patrón emocional-mental, la vida sabe que
eso es parte de ti, de tú felicidad que tu estas negando una y otra vez, y así
construyes tu historia de frustración sin darte cuenta de nada, donde lo único
que ves es tu ombligo, en un Universo que funciona con una cooperación y
sincronía continua que apenas comenzamos a vislumbrar, y donde tú eres parte de
él.
El Universo está en continuo movimiento y evolución, y no
deja de resultar curioso que el ser humano tenga tanto miedo a abrirse a otras
formar de pensar, sentir y actuar, de resistirse en su sistema de creencias y
pensamiento que a la vista está, no nos hace felices. La pregunta es clara. ¿Por
qué no cambiamos esta forma de buscar la felicidad? ¿Puedes dejar de buscarla
fuera y mirar en tu interior? ¿Puedes abrirte a la posibilidad de que tu vida,
y el mundo cambia desde dentro hacia fuera y no al revés como has estado
haciendo hasta ahora? ¿Puedes dejar de negarte a ti mismo cada vez que rechazas
tus emociones, tus pensamientos? ¿Puedes asumir la responsabilidad absoluta de
tu vida y tu estado mental-emocional?
La decisión es libre y de cada cual, en mi caso encontré la
felicidad en ese espacio, la encuentro cada día, en la decisión de vivir
plenamente el instante presente tal como la vida me lo ofrece, sin ponerle
etiquetas mentales basadas en conceptos aprendidos, simplemente viviéndola,
diciendo sí a la vida.
Como decía Lao Tze "Lo único permanente es el
cambio".
