“Tanto si crees que puedes como si no, estas en lo cierto”. Esta frase de Henry Ford resume perfectamente cual es el efecto de nuestras creencias, estas abren y cierran puertas en todos los aspectos de nuestra vida.
Lo que tú crees así será, eso es lo que veras reflejado en
la pantalla de tu vida en forma de vivencias, experiencias, y conclusiones. Estas
creencias se forman principalmente en nuestra infancia, sobre todo hasta los 8
o 10 años, ahí mis archivos van a almacenar casi todas las experiencias y
creencias que han sido conflictivas y dolorosas para nosotros.
Formando esa estructura de creencias limitante. Así como si
te enseñaron que “no se puede amar sin sufrir” o que “la vida es muy dura y no
se puede ser feliz” o que “no puedes ganar dinero trabajando” por poner algunos
ejemplos simples así lo crees y lo tienes en tu subconsciente.
A partir de aquí el subconsciente se encargará de
“protegerme” en base a mis creencias, rechazando todo aquello que según la interpretación
subjetiva de los pensamientos gestados tras el velo de las creencias nos
indican.
Nuestras creencias están ancladas en lo más profundo de
nuestro subconsciente, funcionan de manera automatizada sin darnos cuenta de lo
que ocurre y cuanto nos limitan, creando nuestro sistema de pensamiento sin base
alguna más que la formación de esas creencias en nuestra educación por parte de
nuestros padres, colegio, sociedad etc..
Las creencias se pueden reprogramar, puedo cambiarlas por
creencias que optimicen mi vida en vez de limitar mis opciones.
Como dice el proverbio chino, “Dame un pez y cenaré esta noche, enséñame a pescar y cenaré siempre”
