Por qué tu OBJETIVO no debe ser REALISTA




 Lo malo no es ponerte objetivos elevados y no conseguirlos; lo malo es ponerte objetivos pequeños y conseguirlos.

Objetivos REALISTAS

Se habla mucho de que nuestros objetivos han de ser realistas, pero, ¿qué es un objetivo REALISTA?

Lo que consideramos realista depende de nuestra propia experiencia previa y nuestra propia concepción sobre ese objetivo.Es decir: es una idea en tu cabeza absolutamente parcial y subjetiva. Es una opinión, nada más que eso.No existen objetivos “poco realistas”, lo que existen son opiniones personales acerca de si un objetivo es o no realista.

De este modo, te invito a que dejes de pensar en eso de que existen objetivos “poco realistas”; cuando se trata de tu propio crecimiento personal, no debemos fijarnos límites marcados por nuestra idea preconcebida (y limitada) del mundo.

 En realidad, lo importante cuando te planteas un objetivo es sentir que eso, por muy elevado que sea, sea algo factible que llevará tu vida al siguiente nivel.

¿Puedes conseguir tu objetivo?

Tal vez en estos momentos no tengas los recursos necesarios o ni tan siquiera sepas exactamente cómo vas a hacerlo; aun así, tienes que tener una convicción (basada en la intuición, tal vez) de que eso que quieres es factible.

Cuidado aquí con los boicoteadores internos: en ocasiones tendemos a pensar que no podemos conseguir algo porque creemos que no podemos.

Por lo tanto, para responder a la pregunta de si tu objetivo es o no realista, deberás obviar y callar todas las vocecitas del tipo “es que lo he intentado antes y no pude” o “es que soy un desastre” o “es que me disperso mucho” o  (escribe tu frase a continuación) “_____________________”.

No te dejes engañar por tus propias ideas preconcebidas sobre lo que se puede o lo que no. Simplemente trata de ser lo más práctico y realista posible tomando la decisión.

Por ejemplo: imaginemos que quieres mejora tu salud y para ello, también deberás abandonar un hábito tóxico (fumar). ¿Es realista? Lo más seguro es que sea realista para ti “dejar de fumar”, aunque puede que te asalten pensamientos del tipo: “el problema es que ya lo he intentado en el pasado y no lo conseguí” o “no sé cómo voy a hacer para quitar el hábito”. Este tipo de pensamientos son interferencias que tendremos que gestionar, aunque no deberán influir en tu decisión sobre si el objetivo es realista o no. El objetivo es realista, sin duda, al menos en este caso.

 Presta atención al “tamaño” del objetivo

El tamaño importa. Al menos en cuanto a objetivos se refiere. Un objetivo muy complejo o ambicioso (aunque factible) podría desanimarnos por su envergadura.

Si sientes que tu objetivo es demasiado ambicioso te invito a que lo dividas en pequeños objetivos intermedios más manejables. De hecho, siempre que tengas un objetivo muy ambicioso deberás hacer un plan de acción con pasos a seguir e hitos a cumplir; cada uno de esos pasos es un objetivo más pequeño, aunque tremendamente necesario para alcanzar tu objetivo más elevado.

Luego tu objetivo deberá ser lo suficientemente grande como para que te motive, rete, exija y obligue a empezar lo antes posible y, al mismo tiempo, deberá ser lo suficientemente pequeño como para que no te sobrepase y desanime.

Truco: presta atención a cuándo quieres conseguirlo. En muchas ocasiones me encuentro que lo que hace o no factible un objetivo tiene que ver con la fecha en la cual quieres tener tu objetivo cumplido. Así, si crees que tienes un objetivo muy “sencillo”, prueba a adelantar la fecha; y viceversa, sin tu objetivo te agobia un poco, mueve la fecha hacia adelante.

Juegas con las fechas (o con el objetivo en sí mismo) y encuentra el tamaño adecuado para aquello quieres conseguir.

Si puedes imaginarlo, puedes conseguirlo

Te propongo un juego: piensa en tu objetivo y también cuándo quieres tenerlo realizado. Ahora, relájate en algún lugar con cierta intimidad y cierra los ojos e imagina que puedes ir al futuro; un futuro unos meses más allá de haber cumplido tu objetivo.

¿Dónde estás? ¿Qué haces? ¿Cómo te sientes? ¿Qué te aporta haber alcanzado tu objetivo?

¿Eres capaz a imaginarte con tu objetivo cumplido? Si la respuesta es “no”, piensa que tal vez tengas que o bien cambiar la fecha de su consecución, o bien centrarte en el primer sub-objetivo (más cercano en el tiempo y más factible).

 Herramienta #: Convéncete de que tu objetivo es realista

 1# Elimina las interferencias

Cambia o transforma tu objetivo hasta que contestes positivamente a estas preguntas:¿Es mi objetivo factible, independientemente de los recursos, ayuda o información que ahora desconozco y que tendré que conseguir?

¿Es mi objetivo factible, independientemente de los pensamientos o ideas preconcebidas que tengo sobre este tema en particular?


2# Asegúrate del tamaño del objetivo
Cambia o transforma tu objetivo hasta que contestes positivamente a estas preguntas:
¿Es mi objetivo lo suficientemente grande como para que me empuje a la acción, me rete y exija?
¿Es mi objetivo lo suficientemente pequeño como para que no me sobrepase, abrume y desanime?
¿En cuántos sub-objetivos se divide este objetivo y por cuál de ellos tiene más sentido comenzar?

3# Imagina que lo has conseguido

Viaja al futuro con tu imaginación: tienes que ser capaz a verte a ti mismo/a con el objetivo cumplido. Cambia o transforma tu objetivo hasta que puedas visualizarte. Recuerda que si no eres capaz a visualizarte consiguiendo tu objetivo, deberás centrar tu atención en otro objetivo intermedio y necesario para comenzar el viaje con al motivación necesaria.