Invierte en ti mismo


Eres un inversor (aunque no lo sepas)

Podemos definir el término invertir como gastar un recurso finito para obtener un beneficio en el futuro. Por ejemplo, puedes invertir 100.000 Dolares en comprar una casa con la esperanza de que suba de precio y dentro de 10 años puedas venderla por más de lo que te costó. O puedes invertir tus ahorros en bolsa para comprar una parte de una compañía que crees que va a crecer y aumentar su valor en un futuro cercano.

Pero no sólo se puede invertir el dinero. También se pueden invertir otros recursos y, aunque quizá no te hayas dado cuenta, hay un recurso muy importante que llevas invirtiendo toda tu vida: tu tiempo.

Cada día la vida nos regala 24 horas que podemos invertir en lo que queramos y tú eres la única persona que decide en qué invertir el tiempo (aunque no lo creas). Todas nuestras acciones son, por lo tanto, una inversión. Cuando vamos a trabajar realmente estamos invirtiendo tiempo para conseguir dinero y cuando vamos a la playa a tomar el sol estamos invirtiendo tiempo para conseguir placer o belleza.

Algunas de estas inversiones apenas generan beneficios, como invertir el tiempo en ver un capítulo de Breaking Bad o curiosear el Facebook. Son inversiones que te mantienen entretenido pero que no generan nada de valor. Al día siguiente, esa hora es como si nunca hubiese existido. Son inversiones a fondo perdido.

Sin embargo, hay otro tipo de inversiones que generan riqueza y reportan intereses durante varios años. Estas inversiones rentables se dividen en tres categorías:

  • Invertir en ti mismo. Esta categoría incluye todas las acciones que te cambian de manera positiva y permanente. Aprender inglés, hacer un viaje a otro país o leer un libro son formas de invertir tú tiempo cuyos resultados podrás disfrutar durante el resto de tu vida.
  • Invertir en otros. Esta categoría incluye todas las acciones cuyo objetivo es ayudar a otras personas. El doctor que te operó de apendicitis o tu profesor de matemáticas entran dentro de esta categoría. En este caso, la curación y la clase no generaron beneficios directos para esas personas, salvo lo que cobraron por desarrollar su profesión; pero el que tú sigas vivo y todo los que aprendiste en esa clase puede que te permitan generar riqueza en un futuro, y a eso habrán contribuido indirectamente tu médico y tu profesor.
  • Invertir en algo valioso. Esta categoría incluye todas las acciones que tienen como objetivo el crear algo capaz de generar valor por sí mismo. El tiempo que Beethoven invirtió en componer la quinta sinfonía dio como resultado una obra de música clásica inmortal, de la que han podido disfrutar millones de personas en los últimos 200 años y que seguramente seguirá deleitando a mucha más gente en el futuro. Russell Kirsch invirtió su tiempo en crear el primer ordenador programable, que más adelante permitió a otras personas crear los portátiles con los que hoy accedemos a Internet.

Cada una de estas tres categorías es muy importante por sí misma y daría perfectamente para escribir un artículo. Sin embargo, hoy me quiero centrar en la primera categoría: invertir en ti mismo.

Por qué deberías invertir en ti mismo

Eres el activo más importante que tienes y trabajar en uno mismo debería ser la prioridad de cualquier persona. Quiero que te quede bien claro, así que te lo voy a repetir: eres el activo más importante que tienes. A diferencia de un coche, que se puede cambiar por otro en cualquier momento, tú vas a seguir siendo tú hasta el final de tus días. No puedes venderte ni cambiarte por otro tú, pero lo que sí puedes hacer es mejorarte día a día.

Vivimos limitados por los recursos y las vivencias que tenemos disponibles en cada momento. No es suficiente estar en el lugar adecuado en el momento oportuno, sino que tienes que ser la persona correcta en el lugar adecuado en el momento oportuno. Imagínate, por ejemplo, que una noche te encuentras con la mujer de tu vida en un bar y que resulta que sólo habla ruso. Para poder optar a conquistar a esa chica los requisitos mínimos son hablar ruso y tener unos conocimientos básicos de seducción. Es como si hubiese una oportunidad detrás de una puerta con una cerradura: si en ese momento no tienes la llave, no puedes acceder a esa oportunidad. Es más, si no tienes la llave, es posible que ni te des cuenta de que existe la puerta.

La vida funciona así. Es como un gran castillo lleno de puertas con cerraduras. Si quieres explorar todo el castillo necesitas conseguir las llaves adecuadas, pero no todas las llaves son igual de fáciles de encontrar. A mucha gente le da pereza buscar las llaves y se pasa toda su vida en el salón del castillo al calor de la chimenea. No son conscientes de que se están perdiendo el olor de las flores del jardín y las maravillosas vistas que hay desde la torre más alta.

Lo que hagas ahora determinará las opciones que tendrás disponibles en el futuro. Por eso, si de verdad quieres vivir al máximo, si de verdad quieres sacarle el máximo partido a la vida, nunca debes dejar de invertir en ti mismo.

Cuatro áreas fundamentales

A estas alturas, espero que estés convencido de la importancia de invertir en ti mismo y mejorar un poquito cada día. El objetivo es que dentro de un año no sólo seas un año más viejo, sino también un año mejor.

Estas son cuatro áreas fundamentales en las que te recomiendo invertir.

1. Salud

La salud son los cimientos de la vida. Cuando la salud falla, todo lo demás carece de importancia. El problema es que hasta que no nos ponemos malos no nos damos cuenta de lo valioso que es estar sanos, y sólo pensamos en nuestra salud cuando no nos encontramos bien. Por eso es fundamental que invirtamos en nuestra salud todos los días, ya que cuando estemos enfermos puede que sea demasiado tarde.

Tener una buena salud es fundamental para cualquier cosa que quieras conseguir. Si me dices “ me gustaría armar una web como tú. ¿Por dónde empiezo?” posiblemente te responda que por hacer ejercicio 5 veces por semana y comer más sano.  Sé que has oído estos consejos millones de veces, pero no te puedo explicar con palabras el impacto que comer sano, hacer ejercicio y dormir lo suficiente puede tener en tu vida. A mí me la cambiaron por completo.

Eres tu cuerpo. No tienes un brazo ni una pierna, eres un brazo y una pierna. Utilizas tu cuerpo 24 horas al día, 365 al año, y por eso es tan importante que lo trates como tu posesión más preciada. Porque lo es.

Si pasas más tiempo cada semana limpiando tu coche que haciendo ejercicio, es hora de que revises tus prioridades. Invierte en salud y multiplicaras los resultados en el resto de las áreas de tu vida.

2. inglés

Vivimos en un mundo cada vez más globalizado, donde gracias a las nuevas tecnologías es posible leer lo que acaba de escribir un bloguero en Australia o charlar en tiempo real con un amigo que está en Japón. El idioma oficial de ese mundo es el inglés, y si quieres ser parte de él necesitas ser capaz de leer, escribir y hablar en inglés.

Saber inglés es como vivir en el futuro. Los nuevos avances y tendencias siempre nacen en inglés, y llegan al resto de los países dos o tres años después. El poder conocer de primera mano lo que ocurre en otros países que van por delante del nuestro te da una gran ventaja respecto al resto de españoles que no saben inglés.

Un buen ejemplo de esto es Tuenti, que fue creado por un americano llamado Zaryn Dentzel. Zaryn sabía que Facebook estaba triunfando en Estados Unidos, así que aprovechando que todavía no estaba disponible en castellano y que en España nadie habla inglés, creó un Facebook en español. Y le fue bastante bien.

Invierte tu tiempo en aprender inglés y tendrás acceso a un mundo totalmente nuevo. Los beneficios que te aportará tanto en lo personal como en lo profesional los disfrutaras toda tu vida.

3. Habilidades sociales

Durante toda tu vida vas a tener que interaccionar con otras personas: tu familia, el panadero, los compañeros de trabajo, el jefe, la novia, los profesores de la universidad… la lista es casi interminable. No sé si lo habías pensado antes, pero algunos aspectos muy importantes de tu vida, como tu pareja o tu trabajo, van a depender directamente de cómo resulten esas interacciones. Teniendo esto en cuenta, ¿no crees que merece la pena que inviertas algo de tiempo en desarrollar tus habilidades sociales?

Quizá se te dé bien la gente y seas una de esas personas a las que no les da vergüenza ponerse a hablar con cualquiera y enseguida hacen amigos; o puede que seas una persona más tímida, a la que le cuesta hablar con desconocidos. En ambos casos, creo que puedes beneficiarte tremendamente de estudiar cómo funcionan las personas y las relaciones entre ellas.

Si eres tímido, no te preocupes. Relacionarse con otras personas es una habilidad más, como las matemáticas o la carpintería, que se puede aprender y desarrollar con estudio y práctica.

Mejorar las habilidades sociales requiere tiempo y no se puede aprender desde casa, sentado delante del ordenador. Si de verdad quieres mejorar este aspecto de tu vida, vas a tener que salir a la calle, probar cosas nuevas y ajustar según las reacciones de la gente. La clave es practicar, practicar y practicar.

Te recomiendo que empieces por leerte el mejor libro sobre habilidades sociales que existe. Lo escribió Dale Carnegie en 1936 y se llama Cómo ganar amigos e influir sobre las personas. Warren Buffett, uno de los mejores inversores del mundo, dice que la cosa más valiosa que hizo en toda su vida fue matricularse en el curso de Dale, que más adelante dio lugar a éste libro. El libro no contiene ninguna receta milagrosa, sino una serie de principios para relacionarse con otras personas. Léetelo, toma notas e intenta aplicar lo aprendido. Vuélvetelo a leer tantas veces como sea necesario hasta que esos principios formen parte de tu vida. Te aseguro que notarás la diferencia.

Mi segunda recomendación es sobre todo para los hombres solteros, aunque a las mujeres y a los hombres con pareja

4. Libros

Imagínate que pudieses entrar en el cerebro de un experto. Conocer de primera mano todo lo que ha aprendido una persona a lo largo de su vida sobre un tema concreto. Recibir consejos personales del emperador romano Marco Aurelio o aprender de Stephen Hawkins más sobre el universo. Imagínate ahora que todo esto te costase menos de 20 dolares. ¿Demasiado bonito para ser verdad? Pues no. Lo que te acabo de contar lleva existiendo desde hace cientos de año y se llama libro.

Los libros son fantásticos. Hay libros sobre cualquier tema que te puedas imaginar escritos por personas muy inteligentes, y por menos de lo que te cuestan dos cubatas puedes aprender de esos autores. Si te interesa el marketing, no necesitas ir a la universidad y sacarte el grado en marketing. En vez de eso, puedes leerte varios libros de marketing que hablen sobre las áreas concretas en las que estás interesado.

Obviamente, no todo se puede aprender leyendo. No vas a aprender a jugar al tenis ni te vas a convertir en un experto en programación por muchos libros que leas, ya que para adquirir una habilidad o un conocimiento es necesario practicar. Lo que sí que puedes hacer es aprender la teoría directamente de los mejores leyendo sus libros y luego intentar aplicarla por tu cuenta en el mundo real. Es más barato que ir la universidad, más rápido y la experiencia que adquirirás te será mucho más útil, ya que recibirás feedback real en vez de los comentarios de tu profesor. También te ahorrarás el tener que estudiar para todas esas clases que no te interesan pero que forman parte del plan de estudios.

Lee. Lee todos los días a ser posible. Lee más libros y menos artículos. Lee a los grandes pensadores de nuestra historia, como Séneca, Emerson y Maslow. Lee la biografía de Benjamin Franklin y de Steve Jobs, personas que cambiaron el mundo. Lee a los expertos en cualquier tema que despierte tu curiosidad o que te interese mínimamente. Lee y aprende un poquito cada día.

Cuanto antes empieces, mejor

Invertir en ti mismo es la inversión con el mejor coste-beneficio que puedes encontrar. Es mucho mejor que comprar acciones de Apple. En concreto, tiene dos grandes ventajas respecto a otras formas de inversión.

La primera es que los beneficios de invertir en uno mismo son permanentes, no temporales. Todo lo que vivas o aprendas hoy te servirá para toda la vida. Una vez que has aprendido a montar en bicicleta, puedes montar en bicicleta siempre que quieras hasta que te mueras.

La segunda ventaja es que los beneficios obtenidos se acumulan y crecen exponencialmente, como una bola de nieve. No es 3 + 3, sino 3 x 3. Aprender inglés, por ejemplo, te abre una serie de puertas. Pero esas puertas a su vez te abren más puertas, que a su vez te abren más puertas.

Por eso, si quieres maximizar los beneficios, empieza a invertir en ti desde ya.

Y tú, ¿en qué estás invirtiendo tu tiempo?

Quiero que pienses por un minuto en cómo inviertes tu tiempo cada día. ¿Estás invirtiendo lo suficiente en ti mismo? Si sigues haciendo lo mismo que estás haciendo ahora, ¿qué opciones tendrás disponibles dentro de 5 años? ¿Qué cosa sabes que deberías hacer cada día pero no estás haciendo?