La calidad de nuestra vida depende mucho -o al menos está muy condicionada- por la capacidad que tenemos de responder a las situaciones complejas. Si en vez de responder con habilidad y con más inteligencia, reaccionamos de forma compulsiva ante lo que ocurre siempre seremos víctimas de las circunstancias. De algún modo, permitimos que todo lo que sucede en el exterior domine nuestro interior, y para cambiar esa situación la clave es la responsabilidad personal.
1. GESTIONAR LA CULPA A TRAVÉS DE LA RESPONSABILIDAD PERSONAL
La responsabilidad personal es un paso fundamental
para el cambio, para tener o recuperar el control de nuestra vida. Asumir la
responsabilidad quiere decir que te haces responsable de cómo eres, de cómo te
sientes, de tus emociones, de tus sentimientos, de lo que haces, de tu
situación.
Cuando decides que
tu vida totalmente depende de ti, recuperas tu poder personal
Es desde ahí cuando realmente puedes cambiar las cosas. Mientras no asumimos esa responsabilidad siempre habrá alguien a quien culpar, alguien a quien responsabilizar, porque el ser humano tiene la necesidad de sentirse inocente. ¡¡Yo no he sido, la culpa es de..!!. Así no soy responsable, que es lo más fácil y cómodo (siempre hay alguien a mano a quien culpar). Pero el primer rasgo de la fortaleza interior y del liderazgo personal es asumir absolutamente al 100% la responsabilidad de nuestra vida. No hablo de sentirnos culpables de algo, hablo de responsabilidad.
Si no lo hacemos, entramos en la categoría
del pobre de mí, mira lo que me han hecho, qué injusto es el
mundo, mira lo que me han dicho… Y puede que tengas razón, pero quedarte
ahí -en la culpa-, en la justificación, te debilita, te hunde aún más, se
magnifica la situación y pierdes todo tu poder personal.
Si me enfado, si siento rabia, tristeza, frustración, y creo que todo ello es
por culpa de alguien, estoy perdido porque he otorgado el poder a otra persona
o situación. En cambio, si me hago responsable y asumo que soy yo quién en gran
parte está provocando esa rabia o frustración con mis pensamientos y
mi interpretación, podré mirar dentro de mí, observar lo que está ocurriendo y
desde ahí te estás otorgando un gigantesco poder sobre tu vida.
2. ASUMIR LA RESPONSABILIDAD PERSONAL ES LA CAPACIDAD DE RESPONDER CON HABILIDAD
La responsabilidad personal es un enorme poder, un
signo de madurez y algo maravilloso. Lo dice la propia palabra:
responsabilidad es la capacidad de responder con habilidad. Sin
embargo, cuando miramos a la sociedad actual se ven pocas personas que la
asuman, y sí a miles señalando a alguien o a una situación que justifica lo que
les pasa, su infelicidad… Así que solo me quejo y espero que alguien lo
arregle.
Eso tan solo provoca debilidad, dependencia e impotencia. Desde ahí no se puede
hacer nada, porque damos todo el poder y la responsabilidad a algo o alguien
externo. Por otro lado, están las personas que asumen la responsabilidad para
así poder responder con madurez y habilidad a lo que les traiga la vida; lo ven
como un nuevo reto para superarse.
Cuando no nos responsabilizamos de lo que nos
sucede, lo que hacemos es reaccionar con torpeza y de forma compulsiva.
Esa reacción es una forma de esclavitud, mientras que la
responsabilidad nos aporta control y madurez (o mejor, libertad).
Mientras no cambiemos ese chip, los problemas se convierten en activadores que, como el gatillo de una pistola, nos hacen reaccionar. Esas situaciones disparan y activan un sin sinfín de emociones negativas, porque nos convertimos una vez más en víctima de las circunstancias al no declarar la fortaleza de nuestra independencia y capacidad de responder con habilidad.
En la vida si no haces lo que no puedes, no pasa
nada, pero si no haces lo que SÍ puedes hacer, resulta muy doloroso. La vida
depende de nuestra habilidad para responder a los retos que se nos presentan,
y tu desarrollo personal es lo que te ayuda a responder de la mejor
manera ante esas situaciones.
Simplemente, decide que eres al 100% el
responsable de tu vida.

